DEBERES… EXÁMENES… DEBERES… EXÁMENES…Y ¿CUÁNDO…?

Deberes… deberes… deberes… y ¿cuándo enseñamos a nuestros alumnos a buscar la información necesaria para que consigan llegar a ser aútonomos en la resolución de ejercicios?, ¿cuánto tiempo dedicamos en las aulas a enseñarles a razonar el enunciado de un ejercicio? Es más, ¿cuánto tiempo dedicamos a enseñarles a utilizar el libro de texto correspondiente a cada asignatura?… Podríamos continuar formulándonos preguntas de este tipo y posiblemente no encontraríamos respuestas o sencillamente serían muy escasas. Cada día nos encontramos en nuestro Centro con este problema:

  • – Hola, buenas tardes, mi hijo/a tiene que resolver ejercicios de matemáticas, lengua, inglés…

Cuando nos ponemos a ello con nuestros alumnos/as nos damos cuenta de que la gran mayoría de ellos/as ni siquiera saben consultar el libro y buscar la información necesaria para afrontar con eficacia la resolución de los ejercicios. Por ello insistimos en enseñarles a consultar el libro, a buscar en él ejemplos similares que les permitan alcanzar la satisfacción de haber sido capaces de resolver por ellos/as mismos/as el o los ejercicios correspondientes. A veces, incluso recurren a los ordenadores portátiles para localizar una explicación o un ejemplo que les guíe en la correcta resolución. Indudablemente, cuando un alumno/a comienza a percibir que es capaz de valerse por sí mismo/a aumenta el interés por su trabajo escolar, adquiere mayor seguridad y confianza en sus cualidades, disfruta con más alegría de su formación y…, definitivamente, es más feliz.

  • – Hola, buenas tardes, mi hijo/a tiene exámenes de lingua galega, matemáticas…

Y, ¿cuándo enseñamos a nuestros alumnos a estudiar? Es decir, a subrayar las ideas principales, a hacer esquemas, a resumir…

Pues bien, en el Centro de Entrenamiento Educativo del Profe Juan tenemos la convicción de que además de ayudar a nuestros alumnos/as a hacer deberes y a comprender los conceptos que deben adquirir; debemos enseñarles a estudiar y a adquirir valores tan básicos y fundamentales como el interés, el esfuerzo, la satisfacción por hacer las cosas bien, a trabajar en equipo, a ser autónomos para ser capaz de enfrentarse diariamente a los retos que se les presenten (ya sean académicos o de índole social o personal)… Es decir, formamos personas en toda su extensión; no solo llenamos cabezas de conocimientos.